Soy graduada en Psicología por la Universidad de Granada en 2015. Tras realizar la carrera me he formado a través del Máster en Criminología y Ciencias Forenses por la Universidad Pablo de Olavide, más tarde realicé el Máster en Mediación de Conflictos Sociales y también el Máster General Sanitario en la Universidad Loyola, además de numerosos cursos y asistencia a importantes congresos.

Actualmente me encuentro realizando el curso avanzado en Formación Sistémica y Terapia Familiar, tras realizar el curso básico para expertos y terapeutas familiares, ambos avalados por la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP).

Desde el modelo relacional sistémico trabajamos con un enfoque psicoterapéutico global e integral, con un pensamiento circular y nunca lineal, con la idea principal de que todos los individuos formamos parte de diferentes sistemas y subsistemas, como la familia, la pareja, los iguales, etc. Por tanto, el objetivo es encontrar las dificultades que surgen en los diferentes sistemas y cómo estos afectan al individuo.

Centrada en Terapia Sistémica y de Familia, podría decir que donde más cómoda me siento es dándole importancia, no sólo al individuo, sino también conociendo su familia de origen y las experiencias que han ido acompañándolo. Si bien es cierto que es importante integrar conocimientos, técnicas y herramientas de diferentes corrientes psicológicas, como la cognitivo conductual, humanista o el psicodrama con el objetivo de ofrecer una intervención completa y adaptada a cada persona.

Comencé mi andadura profesional dedicándome a las personas con discapacidad y formando parte de varias asociaciones, pero tras un tiempo sentí que era el momento de comenzar a hacer terapia. Dediqué los primeros años a trabajar en una clínica infantojuvel trabajando con menores y sus padres, más tarde trabajé en otro centro con adultos. Así pues, tras trabajar en varios gabinetes del ámbito privado decidí que era el momento de apostar por mí y emprender, creando así mi propio gabinete hace unos años.

Considero que nuestro trabajo no consiste en curar a los demás, sino en cuidar a aquellas personas que están pasando un momento difícil o que carecen de las herramientas necesarias para alcanzar su bienestar psicológico y emocional.

Observar cómo mis pacientes alcanzan sus objetivos, cómo evolucionan y cómo mejoran en diversos aspectos de sus vidas me hace sentir plena, al considerar que he formado parte de ese proceso.